La jornada de las estatales mexicanas comenzó como cualquier día: con muertos. Cuatro cadáveres colgaban de mañana en diferentes puentes de Chihuahua capital. Mientras, en la vecina Ciudad Juárez, once personas fueron asesinadas durante la madrugada del domingo.

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Detenidos en Veracruz
Los comicios ponían en juego doce Gobiernos estatales, medio millar de escaños regionales y unos 1.500 de los 2.435 ayuntamientos del país. A dos años de las presidenciales, las urnas reconfigurarán el mapa político mexicano. Hasta ahora, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), primera fuerza parlamentaria, regía 20 de los 31 estados (más el Distrito Federal) en que se divide la República; el gubernamental Partido Acción Nacional (PAN) controla seis entidades y el PRD administra otras seis.
Es mucho lo puesto en juego. Como señala René Delgado, director de «Reforma», estas elecciones «no son el concurso de ideales ni proyectos, son la disputa por un botín de 350.000 millones de pesos (21.250 millones de euros) que significan los presupuestos de los gobiernos (…) con los cuales se pretenderá catapultar al próximo residente de Los Pinos», la vivienda presidencial. No extraña, pues, el desinterés del electorado (se estima una participación media inferior al 40%) y su miedo: cientos de interventores no se presentaron a los colegios electorales, mientras que la autocensura ya es casi una asignatura en las escuelas de Periodismo.
Gobierno federal y poderes locales recurren a todo tipo de artimañas para afianzar su poder. En Veracruz, feudo inexpugnable del PRI, policías estatales irrumpieron de noche en el domicilio de Miguel Ángel Yunes, candidato del PAN a gobernador, con el pretexto de inspeccionar el lugar por denuncias sobre la presencia de gente armada. La intervención no pudo ser más inoportuna, pues la familia estaba reunida para dar el último adiós a un hermano del candidato.
En Hidalgo, también policías estatales entraban en una casa de campaña de la candidata por la alianza opositora PAN, PRD y Convergencia, Xóchitl Gálvez. La excusa: un aviso de escándalo público. Ocho personas fueron trasladadas al cuartelillo. En Zacatecas se intensificó el cruce de acusaciones entre dirigentes del PRI y el PRD, quienes se atribuyen mutuamente injerencias ilegales de sus gobernadores en la campaña. Y en Oaxaca, 38 jóvenes con cócteles molotov fueron detenidos tras una denuncia anónima, pues de la vivienda salía un fuerte olor a marihuana.
Al cierre de los centros de votación, la violencia política se había cobrado, al menos, cuatro vidas: dos en Oaxaca, tras un enfrentamiento cuando varias personas trataron de impedir el funcionamiento de una casilla en el Ejido de Guadalupe Victoria; uno en Veracruz, donde un simpatizante era asesinado por tras emitier su voto en el municipio de Tatatila; y otro en Chiapas, donde fue ejecutado el coordinador de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas.
Resultados electorales
Pasadas las seis de la tarde en el centro de México (una de la madrugada en la España peninsular) se desató la guerra de encuestas entre los representantes políticos. Los primeros sondeos a pie de urna facilitados por los medios de comunicación dan ventaja al PRI en Chihuahua, Durango, Veracruz, Zacatecas, Aguascalientes, Hidalgo, Tlaxcala, Tamaulipas y Quintana Roo. La coalición PAN-PRD arrebataría el poder el PRI en Oaxaca. Los datos para Puebla y Sinaloa muestran un recuento muy cerrado.                                             

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