Un atentado perpetrado el jueves en Ciudad Juárez por la detonación de un vehículo junto a patrullas policiales, con el resultado de cuatro muertos, fue realizado con diez kilogramos de explosivos activados con una llamada a un teléfono celular, dijo ayer un alto jefe militar.
"Hasta este momento no se ha determinado exactamente cómo detonó el vehículo y si estaba armado como un coche-bomba, lo que sí se puede determinar es que el artefacto se activó mediante una llamada a algún teléfono celular", dijo el jefe de la Quinta Zona Militar, Eduardo Zárate.
Los muertos son un agente federal, además de un médico y un músico que vivían en la zona y que llegaron a auxiliar a un herido usado como señuelo que portaba uniforme de policía municipal, pero no era agente. "Fue una persona que se utilizó para atraer a las fuerzas federales", dijo el alcalde de Ciudad Juárez, José Reyes.
En el ataque, presunta represalia por la captura de un líder de La Línea, brazo armado del cártel de Juárez, hubo, además, varios lesionados, entre ellos un camarógrafo de Canal 5 de Ciudad Juárez, que estaba en la zona y captó imágenes de cuando era atendido el presunto policía y del estallido posterior.
El jefe de la zona militar informó que se encontraron restos de explosivo conocido como C-4 y de un aparato celular. En caso de confirmarse la versión del coche-bomba sería el primer atentado de este tipo en México.
El procurador general de la República, Arturo Chávez, señaló que se investigaba si en el ataque se había usado un coche-bomba o granadas.
"Nosotros no podemos adelantar ahorita que se trata de un automóvil con un artefacto explosivo", dijo el fiscal en un encuentro con la prensa, y señaló que no hay "ninguna evidencia en el país de narcoterrorismo". La Secretaría de Seguridad Pública Federal se limitó a indicar que un vehículo "se impactó contra dos unidades de la Policía Federal" y que murieron tres personas.
Diario El Mundo
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