Chihuahua es el estado del país con índices de desigualdad más altos, por eso es lógico que el problema de las actividades ilícitas sea acogido sobre todo por gente de localidades serranas.
Juan Luis Sariego, doctor en Antropología Social, dio a conocer lo anterior y urgió a invertir de manera agresiva en políticas sociales, tal como lo hicieron en su momento con la industria maquiladora.
Consideró que precisamente la industria manufacturera, a la cual le han apostado los gobiernos a partir de finales de los 60, es la causante de la descomposición social, porque el Gobierno del Estado omitió crear políticas sociales a la par de ésta.
Ante ello, explicó que es necesario también impulsar y fortalecer las redes sociales, así como más elementos de identidad, porque es lo que requiere principalmente Juárez. Habló además de cambiar el modelo de las policías, para que laboren y operen más cercanas a la gente.
Juan Luis Sariego explicó que el problema del narcotráfico y de violencia es muy viejo, sólo que ahora se desbordó.
“¿Cómo enfrentarlo? Es urgente una modificación en término de políticas sociales; se necesita una inversión agresiva en este sentido. El municipio de Chihuahua, en términos de acceso a servicios de salud, es el tercer municipio mejor ubicado, después de la delegación Álvaro Obregón y del municipio de San Pedro, Nuevo León. Pero al mismo tiempo, prácticamente todos los municipios de la Sierra se encuentran entre los más bajos, principalmente Batopilas”.
En esas regiones hay rezago de vivienda, carecen de servicios de salud, hay problemas de desnutrición, de tuberculosis, hay patologías en desarrollo. Por otro lado, explicó el antropólogo, también coexisten altos índices de obesidad, por ejemplo.
Con ese panorama, enfatiza que la prioridad es atender e invertir en obra social, crear muchas escuelas. “Un estudiante de ambiente rural batalla mucho en acceder a primarias y secundarias; están escasísimas. La cobertura tiene mucho rezago”.
Se trata de sectores que no han aprovechado la apertura comercial que ha gestionado el estado. “Las tareas ilícitas son una oportunidad para ellos, se necesita densificar los programas como Oportunidades y otros programas sociales del estado.
Respecto al sector maquilador, abundó en que lo que éste vive los últimos coletazos, pero que con su surgimiento tuvo varios inconvenientes, lo cual advirtieron los especialistas en sociología.
“El desarrollo industrial no tuvo como contraparte un desarrollo social. Sí, la juventud encontró trabajo, pero no encontró la manera de construir una forma de identidad. ¿Qué es ser juarense? Faltaron políticas que ayudaran a crear identidad, que dijeran ‘esto son los juarenses”’.
Y explica que a pesar de ello ahora los juarenses empiezan a despertar, después del desequilibrio social que viven y a pesar de que lograron en cierto momento empleo total de sus habitantes. “Eso esa muy raro que suceda, pero hubo un momento laboral democrático, hombres y mujeres trabajaban, todos los jóvenes, pero no estuvo acompañado de un crecimiento con fines educativos, como más guarderías, por ejemplo”.
Retoma lo que se ha posicionado como crítica colectiva: “Ahora, finalmente los hijos herederos de una generación, que se criaron con la abuelita, con la vecina o en la calle, son los delincuentes que andan en la calle”.
El especialista exhortó a las autoridades a tomar en cuenta las propuestas de los especialistas que forman parte de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, quienes tienen 20 años en el estudio de fenómenos sociales chihuahuenses.

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